domingo, 19 de abril de 2009

La Ciudad

Mis sándwiches estaban colocados en posición, Solo faltaba esperar a que estuvieran listos.
Me asome por la ventana que quedaba a un lado de la cocina de mi apartamento, atraído por un frio y leve viento.

A lo lejos se oía el continuo ladrar de un perro, y más cerca la ruidosa fiesta de unos vecinos. Podía deducir que la fiesta era muy cerca de mi apartamento, pero pensándolo bien, con lo alto que escuchan la música aquí, tal vez era muy lejos.

Pero nada de esto me molestaba en ese momento.

Mire las luces de la ciudad, vi las líneas que formaban hacia el horizonte, hermosas y perfectas, como todas las cosas que hace el hombre cuando tiene la motivación adecuada, pues una mano mortal había trazado esa perfecta simetría. Nunca pensé que utilizaría las palabras hermosa o sublime en algo que escribiera… pero aquí estoy, utilizándolas dos veces.

Miré a la ciudad y ella devolvió la mirada. Estábamos solos en ese momento, y entonces la besé.

Tal vez todo fue por que acababa de hablar por Messenger con mi novia, y me di cuenta lo bien que me sentía estando con ella… O tal vez fueron las drogas, lo único que importa es que en ese momento creí ser feli…

Entonces me di cuenta que mis sándwiches se habían quemado.

Mierda.


para Ruth

sábado, 11 de abril de 2009

Michael (segunda parte)

-Ella es una desquiciada en la cama -dijo Ari-. Le gustan todo tipo de cosas... le gusta el sexo rudo, no solo fuerte, rudo, ultra-violento. Termino con moretones por todas partes cada vez que estoy con ella, pero termino, eso es lo que importa, no? -Ari rió con fuerza-... En especial a ella le encanta algo
...espera, acércate.

Ari se acercó a Michael para continuar contándole su experiencia, se abalanzó sobre el escritorio, desordenando a su vez los elementos que allí se hallaban en especial los papeles. Michael detestaba el desorden al igual que la incomoda cercanía de Ari a su oído.

-A ella le gusta que le muerdan los labios... -le susurró Ari-, no solo un mordisquito amable como estamos acostumbrados tú y yo... le gusta que le muerdan salvajemente. Si piensas: bueno... eso es normal, entonces no estas entendiendo la intensidad del asunto...morder, morder de verdad... morder como morderías carne a medio cocer después de un día sin comer... como morderías una pedazo de plástico que colocan en tu boca mientras te azotan...
morder amigo, morder!!!

Ari no era su amigo.

Con lo último que gritó había logrado que el resto de la oficina los mirara inquisitivamente, además Ari había estado sudando profusamente encima del antes pulcro escritorio de Michael.
El no sabía si iba a poder soportar más, pero parecía que estaba atrapado entre su asiento y el escritorio.
Ari se levanto del escritorio, se coloco detrás de Michael y le siguió hablando al oído, ahora con sus manos sudorosas en los hombros de Michael.

-Ayer yo estaba en archivo, tu sabes, guardando los papeles de aquel gran error tuyo... -Michael reacciono desfavorablemente a esto-. Bueno... como sea, ella llego... me sorprendió por detrás, me lanzó contra el archivador... en realidad me lastimo mucho, pero después empezó a besarme así que no importó.

La empecé a morder mientras le apretaba con las manos su pequeño cuello blanco... a ella le encanta eso -Ari comenzó a apretar un poco el cuello de Michael-.
Entonces ella metió sus uñas en mi espalda, como diciéndome: muerde mas fuerte...
y cada vez apretaba mas, y mas... hombre, eso era demasiado excitante... sus uñas entraban en mi piel, y entonces...
-Ari soltó a Michael del cuello-.
...Sangre, mucha sangre... demasiada -Ari se mostro asqueado-. Creo que en la excitación del momento no medí la fuerza de mi mordida y le arranque un gran pedazo de su labio...

Esta no era la primera vez que Ari le contaba a Michael una de sus "aventuras", ya le había contado una vez acerca de sus actividades masturbatorias sabatinas, razón por la cual Michael se había alejado de Ari casi completamente, salvo por razones estrictamente laborales.

-Por que...? -pregunto Michael agotado por el relato de Ari-. Por que me cuentas todo eso...? yo solo dije... "hola".

-Bueno... -respondió Ari- a causa de esto me despidieron y lo mas posible es que termine en...
Ari hizo una pausa. Se vio desesperado por un momento pero enseguida logró componerse.
-No importa - continuo Ari-. Lo que tienes que saber es que "el Jefe" supo de ese error que cometiste ayer. Pidió hablar contigo en privado ahora -Ari invadió el espacio personal de Michael de nuevo y le dijo mientras lo miraba fijamente y con preocupación a los ojos-.
Mi error fue una nimiedad comparado con el tuyo, nada en realidad... -Ari hizo una pausa y mientras Michael apretaba con fuerza su lápiz dijo:
-En esa gran oficina va a correr sangre,
mucha sangre...
sangre en grandes cantidades.

Ari tenía razón.